La diseñadora ovetense Teresa Patiño muestra parte de sus bordados en la exposición 'Outsiders', en Falcón Espacio Creativo
«Cuando hablo de moda nadie piensa en los bordados», explica la diseñadora ovetense Teresa Patiño, protagonista de la exposición 'Outsiders', instalada estos días en Falcón Espacio Creativo de Oviedo. Precisamente por eso surgió la idea de juntar y mostrar, en un mismo lugar, gran parte de su legado profesional, que ha compartido ya con diseñadores como David Delfín o Marcos Luengo.
'Outsiders' incluye un poco de todo, un ejemplo de que el bordado de alta costura ofrece todas las posibilidades que permite crear la imaginación. En la muestra de Oviedo se incluye desde pedrería a organzas e hilos de sedas, materiales variados que permiten además dar una vuelta al mundo sin salir de la sala porque provienen de países como Japón o La India. «Utilizo de todo, incluso oro, y siempre materiales de primera calidad. Además me gusta viajar para conocer nuevas telas y adornos, por ejemplo en la muestra hay piedras bordadas que encontré en Kioto y una seda antigua similar a un saco que proviene de La India», explica Patiño. Falcón Espacio Creativo incluye ocho trabajos enmarcados, decenas de muestras para evidenciar cada detalle de sus creaciones, así como muchos dibujos e incluso la posibilidad de mostrar el trabajo de la diseñadora durante su colaboración con David Delfín.
Además, la autora ofrecerá varios talleres en los que enseñar en directo cuál es la técnica del bordado de alta costura y cómo se trabaja, que se celebrarán previsiblemente después de las fiestas navideñas. «El objetivo es mostrar al público que las posibilidades que ofrecen los bordados van más allá de la puntilla del mantel o el borde de la toalla, que puede ser un medio artístico perfecto», señala Patiño al respecto.
Así nace 'Outsiders', cuya traducción al castellano podría ser 'Fuera de onda' y que permanecerá abierta hasta el próximo 31 de enero en la mencionada galería Falcón. «Soy bordadora y cuando lo digo, mucha gente me mira raro», explica Patiño, quien prefiere el ambiente de las bordadoras a la «superficialidad» del resto del mundo de la moda. «El arte del bordado se está muriendo y es una profesión en la que hay trabajo», explica la oventense, quien lleva tres años desempeñando esa labor y ahora, finalizados sus estudios en la casa Lesage, de Chanel (París) y la Escuela de bordado tradiciona (Londres) y tras su primer acercamiento profesional hacia el sector, decidió regresar a su tierra, Oviedo, hace ahora seis meses para continuar su carrera. Artesanía, moda y arte, de la mano.
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